viernes, 18 de marzo de 2016

me gusta pensar que sí.


tú tan a contraluz y yo tan en la oscuridad.

fuiste mi flor marchita, mi golpe contra el mueble con el dedo meñique de un pie, 
mi astilla clavada en el dedo corazón, 
fuiste mi huracán.

arrasaste con todo a tu paso y me dejaste en pelotas y temblando. 
no sé si del miedo o del frío, 
pero me dejaste temblando.

te dio igual y te fuiste, 
como quien abandona una discoteca cuando ya no hay fiesta 
o a una persona cuando ya no hay felicidad.

te fuiste y me dejaste en pelotas y temblando.
no sé si del miedo o del frío, 
pero me dejaste temblando.

me gusta decir que te quise, 
que fui importante para ti y que tú, 
en algún momento, también me querías.

aunque esto no sea real porque tú nunca me quisiste. 
me gusta pensarlo. 
me gusta pensar que me querías.

algunas noches me despierto entre sudores fríos 
recordando todos y cada uno de nuestros días.
y en seguida lloro porque joder, 
fuiste mi mejor abrazo y mi sonrisa más grande. 
se que no me querías, que esto ya no sirve para nada. 
pero me gusta pensar que sí. 
que me querías.

que me abrazabas con las mismas ganas con las que yo recibía tus abrazos, 
quiero pensar que mis esfuerzos no fueron en vano, 
que tú también le ponías ganas, 
que me querías.

se que esto no es verdad, 
pero me gusta pensar que sí,
que me querías.

que no fui un polvo pasajero, 
que me hiciste cómplice de tus sábanas 
y compañera de juegos de tu querido gato negro.

me gusta pensar que lo nuestro no fue un paso en falso, 
que la música fue cómplice y culpable de que nosotros acabáramos juntos, 
no te puedes hacer una idea 
de lo guapo que estabas en aquel concierto de aquel grupo.

me devolviste las ganas de bailar al salir de la ducha 
mientras me mirabas y sonreías.

y de repente, 
me desperté entre sudores fríos 
recordando todos y cada uno de nuestros días.

y me ví allí, sentada en la cama, 
pensando en que todos nuestros días,

ya solo son recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario